La actitud de las personas emprendedoras de éxito puede detallarse en conductas básicas. ¿En cuantas de ellas te ves reflejado?:
Si te estás planteando lanzar tu propio negocio, estas son algunas características básicas que deben tener todos los emprendedores.
Pasión: Es el motivo para levantarte por la mañana y trabajar sin descanso durante horas, hasta la noche. A medida que tu negocio va cogiendo forma, la pasión saldrá a la luz cuando empieces a invertir dinero, hagas campañas de marketing, o incluso cuando contrates a alguien para que trabaje contigo.
Empatía: Como líder, la empatía significa ser capaz de percibir los sentimientos de otras personas y responder a esas emociones con conocimiento de causa. Como emprendedor, esta característica se puede trasladar a la realización de las mejores prácticas profesionales.
Buena habilidad comunicativa: Los emprendedores necesitan comunicarse con cualquier actor clave que afecte a su negocio. Desde proveedores a clientes, incluso las relaciones que haya entre ellos, tener una comunicación efectiva es una obligación. Poseer esta habilidad no tiene precio, ya que también sirve para valorar de antemano qué equipos tendrán éxito en el futuro.
Capacidad para vender: Cuando lanzas tu negocio, lo más probable es que lo hagas solo y tengas que ejercer las funciones de vendedor. En este caso, tienes que ser capaz de ofrecer y vender tu producto o servicio de la forma más adecuada, ya sea buscando inversores o cerrado acuerdos con otras empresas. Eso sí, no te olvides que también debes venderte a ti mismo, a tu empresa y tu visión de negocio a los primeros empleados que contrates (incluso autónomos) para convencerles de que se suban al barco.
Aceptar bien las críticas: Ser rechazados forma parte de la naturaleza de los negocios, especialmente cuando tienes una startup. Los emprendedores encaran las críticas sobre sus ideas, procesos, prototipos que preparan, etc.
Competitividad: A la hora de montar tu negocio, entras en un terreno de juego muy poblado. Los emprendedores normalmente tienen que ser los mejores y tratar de crear productos o servicios que ocupen huecos a cubrir para los clientes. Este sentido de competir por algo es lo que les lleva a ser innovadores.Ser competitivo también ayuda a los emprendedores a mantenerse por delante de otras empresas.
Confianza: Los emprendedores tienen altos y bajos en su día a día. Son un torbellino de emociones y de dudas. Para tratar de eliminar estas variaciones, lo ideal es tener la suficiente confianza en uno mismo y en su trabajo, despejando las dudas que pueda haber.
Deseo de pedir ayuda: Admite que cuando estás empezando a darle vida a tu negocio, no siempre puedes hacerlo todo y necesitas ayuda de un experto en aquellas áreas que desconoces. Esto puede implicar que contrates a una persona externa que esté especializada en asuntos legales o en impuestos, o incluso un compañero de tu gremio que te pueda asesorar en alguna cuestión en particular.
Pensamiento creativo: Recuerda que esta característica no se refiere únicamente a habilidades artísticas, sino también a ser capaz de solucionar problemas con imaginación, o aplicar conceptos de marketing poco comunes para captar a tu público objetivo.
Determinación: Puede ser un arma de doble filo, ya que regularmente debes tener tu trabajo hecho y la determinación de lograrlo, pero sin embargo hay tareas que requieren más esfuerzo para su consecución
Tener un correcto nivel de determinación se mueve entre la comprensión necesaria para ejecutar bien una tarea pero no sobrepasar el límite y quedarse atascado intentando lograr la perfección.
Puede que hayas oído la gran frase que toda startup tiene grabada a fuego de “hecho mejor que perfecto”. Como emprendedor, tu sustento vital está ligado a lanzar tu página web, tus productos o servicios, tu blog, o la aplicación con la que gestionas tu negocio.
Necesita esa determinación para completar la lista de tareas pendientes, pero también la sensatez de saber que no siempre puede hacerse todo a la perfección
Disciplina: El mantra de todo emprendedor es que no tiene jefes por encima, sino que son ellos mismos los que se autogobiernan en su empresa. No tienen que responder ante nadie, lo cual es una gran ventaja, pero el gran inconveniente es que tienes que hacerte responsable de todos tus trabajos.Los emprendedores exitosos deben ser disciplinados y respetar las fechas de entrega, trabajar acorde a los plazos marcados, seguir el camino (aunque a veces no se tenga muy claro a dónde se dirige la tarea a realizar) y mantenerse centrados.
Flexibilidad: Da igual el sector en el que tu negocio esté metido, este tiene que evolucionar constantemente, especialmente ahora en la era digital. Los emprendedores tienen que mantener sus cabezas siempre pensando cosas nuevas.
Perseverancia: Esta habilidad permite mantenerse en el camino marcado para lograr el objetivo aunque haya obstáculos que dificulten el camino
Resiliencia: Todos hemos oído la frase “si no lo consigues a la primera, sigue intentándolo”. Esa es una definición simple de la resiliencia. Para los emprendedores, esta palabra se traduce como seguir en el empeño aunque se escuchen siempre respuestas del estilo “quizá” o “no estoy interesado.”
Fuerte ética de trabajo: Sin embargo, al principio, lo más normal es echar muchas horas trabajando, día y noche. Sobre todo en aquellas personas que hacen de su hobby una profesión. Aquellos que logran el éxito tienen tiempo de sobra para dedicarse a su trabajo y saben que exige un gran sacrificio, pero que la recompensa será enorme a posteriori.
Tenacidad: Ser tenaz es un rasgo similar a otros, pero con un componente extra. La tenacidad ayuda a los líderes no solo a mantener una actitud positiva, sino a ser optimistas ante la adversidad.
Visión: La visión de un emprendedor va de la mano de su pasión y de la misión de su negocio; son los pilares sobre los que se sostiene la empresa. La visión supone algo más que marcar objetivos, sino que es una vista general de lo que se busca y qué hace falta para lograrlo.
Saber invertir el dinero: Hablar de dinero es un tema muy común cuando nos referimos al emprendimiento, se hace necesario entender cuándo y cómo asumir riesgos calculados con tus finanzas personales y el dinero que tienes en tu empresa. En función del modelo de negocio (una empresa proveedora de productos o servicios, una consultoría, etc) puede que no empieces a sacar beneficios hasta dentro de unos años después de abrir las puertas.
Fuertes habilidades sociales: Cada emprendedor es único, con sus particularidades que los distinguen de los demás. Ya seas una persona extrovertida o introvertida, hay una cosa totalmente cierta: necesitarás negociar y hablar con mucha gente cuando estás arrancando tu empresa.
Mantener la fortaleza física y mental: Hay estudios que demuestran que los emprendedores tienen un alto porcentaje de probabilidades de acabar consumidos por el trabajo porque ponen tanta pasión y empeño en lo que hacen que suelen quedarse aislados socialmente. A esto hay que sumarle el alto nivel de incertidumbre que tienen y la falta de seguridad laboral, lo que deriva en más estrés.
Puede ser irónico que algunos de los rasgos mostrados antes como clave para ser un emprendedor de éxito derive en acabar quemado, prepararse física y mentalmente resulta fundamental para evitar acabar sin fuerzas, en estado de depresión o cualquier otro problema de salud.
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